Nuestra historia

Qué lo disfruten, nos deseó el dueño en el momento que nos entregó las llaves el primer día. Era una tarde oscura de octubre, en el 2010, cuando llegamos a nuestro departamento en la calle Atocha, Nº 90, en Madrid.

Nos miramos a los ojos y, al mismo tiempo, giramos nuestros cuerpos hacia las paredes de ese pequeño estudio, desnudo de muebles y tan pequeño, que teníamos que poner horarios a la lectura y a escuchar música, para no interrumpirnos y evitar que la armonía de la convivencia se resquebraje.

Después de haber dejado una vida cómoda y una carrera de diez años en el mundo corporativo en Latinoamérica, estuvimos varios meses en ese departamento compartiendo almuerzos enlatados sobre un colchón inflable.

No sabíamos adónde nos llevaría la decisión que tomamos. Tampoco cuánto tiempo nos llevaría encontrar lo que queríamos. Pero hubo algo que sí comprendimos: era la carretera correcta, la misma que nos transportó a una fresca mañana de otoño en el Paseo del Prado. Mientras jugábamos a pisar las hojas secas en la acera, vimos un cartel: Lifelovers. Ese fue el comienzo de nuestra historia.

Nos sentimos tan identificados con esa palabra, que empezamos a jugar con ella para desvelar qué nos quería decir:

  • Un Lifelover* es un buscador incansable, un amante de nuevas experiencias y de las cosas simples de la vida. Capaz de ver lo esencial en todo lo que lo rodea y vivir intensamente el presente…

  • Un Lifelover* es alguien que cuenta con esa curiosidad constante por explorar el mundo, conocer otras culturas y personas. Se respeta a sí mismo y a los demás; respeta a la inmensa naturaleza, porque es el marco perfecto donde puede representar su verdadero camino…

  • Un Lifelover* es un viajero que le gusta cruzar continentes, también un explorador de su mundo interior, que puede tomar un libro y recorrer infinitos mundos imaginarios…

  • Un Lifelover* es un admirador del arte, cualquiera que sea, pues es en esa libertad de crear donde se encuentra a sí mismo…

  • Pero ante todo, un Lifelover* hace lo que más le apasiona en la vida, guiado por su propósito…